martes, 21 de junio de 2011

Confesiones de una pasión: CAPITULO 1

CAPITULO 1
Estaba asustada, por miedo a no caerle bien a mis compañeros, sentía impotencia porque sabía que este año será mejor o peor según la primera impresión que les dé a mis compañeros... Cojo el autobús desde mi casa, me despido de mi madre. Acto seguido saco mi iPod Touch del bolsillo y me pongo a escuchar una canción "Keep Your Head Up", de Michael Jackson. Mi barrio está por debajo de la ciudad, al lado de la playa. Al lado de mi casa hay un laurel de indias, un árbol enorme y precioso. Es muy frondoso, tiene las hojas color verde esmeralda, pequeñas. Y siempre colgaban unos frutos, pequeños, como unos guisante, aunque algo más grandes.
Mientras buscaba mi clase, veía a todos los de mi alrededor divertirse con sus amigos, indiferentes a todo lo demás. No soy precisamente la chica más "guay" del instituto... Soy alta, morena con el pelo ondulado de color castaño... Ojos verdes y grandes...
En mis otros institutos siempre pasaba lo mismo, me enamoraba de un chico imposible de conseguir, y soy muy espontánea y nada tímida, pero con mis amigas, porque me cuesta muchísimo acercarme a la gente, a menos que tengamos amigos en común que nos presenten, lo veo imposible.
Por fin encontré mi clase... Mates a primera, qué comienzo...
¡Riing!
De repente todo a mi alrededor se precipitó bruscamente y a la vez, y parecía que se iban a abalanzar sobre mí. Y en seguida me vi sola en aquel pasillo extenso, que parecía que no tenía final... Me armé de valor y toqué la puerta. 3ºB. Aula de Carlos Barrera... No me había percatado del nombre, me inspiraba confianza.
Abrí la puerta cuidadosamente... De pronto, todas las personas de la clase me miraron, yo estaba aterrorizada... Veía a gente sonreírme con complicidad, otros cuchicheaban sonoramente. Cuando el profesor se estaba a punto de levantar de su silla, colocada en frente de su mesa, elevada sobre una plataforma más alta que en la que se colocaban los alumnos... Pensé "Vaya, otro que se cree superior a nosotros". Él vestía con ropa moderna, tenía como unos 26 años, calculé... Parecía que sus padres ricos le hayan cortado el grifo, porque vestía con ropa bastante  pija, con unas Converse de edición limitada; unos vaqueros de Pepe Jeans, una camiseta de Shark y por último una chupa de cuero, con mucha pinta de ser cara. Cuando me iba a presentar diciendo mi nombre, en seguida le corté.
- No hace falta, gracias. - Y le sonreí amablemente.
Miré a todos sitios, de repente vi un sitio, allá, al final de la clase, al lado de un chico monísimo... Moreno, ojos verdes y labios carnosos... Me abrí paso cuidadosamente entre las sillas y las mesas de los demás alumnos y me senté.
Entonces empezó la clase. De repente me llegó una notita; decía:
- ¡Hola! Soy Elena, ¿te acuerdas? Este verano estuvimos juntas en la playa del sur.
La letras eran alocadas aunque elegantes. Entonces elevé suavemente mi cabeza y vi a una chica de mediana estatura, con el pelo liso y rubio oscuro y largo, con los ojos color avellana que me sonreía plácidamente. Entonces le respondí a la nota:  
- Sí, claro que me acuerdo, no sabes lo que me alegro de que conozca a alguien en este instituto, ¡casi me da algo cuando entré!
Le pedí a un chico que estaba delante mío que se la pasara, y así lo hizo.
Al cabo de un rato, me llegó de nuevo la nota
- Jajaj, yo estaba igual el primer día, tranquila yo si quieres te enseño el insti, ¿quedamos en el recreo?
Yo por supuesto le dije que sí, entonces ella se viró y me miró con un gesto de aprobación.
La clase se terminó casi al instante, parecía como si todo hubiera estado planeado al milímetro.
Aún quedaban 3 clases más... Naturales, Tecnología y Francés.
El profesor de Naturales me cayó mal desde el principio, se llamaba Don Jose Luis Gomez. Siempre teníamos que tratarlo de usted, hubo una chica que le llamó de "tú" y no se disculpó, entonces se rió y la echó de la clase. Un chico hizo lo mismo y sin embargo no lo echó... Por si fuera poco; un profesor estirado, al que tenemos que tratar de usted y encima machista.
En Tecnología nos sustituyó el profesor de Mates, que creo que es nuestro tutor.
La clase de Francés fue más "suave", la profesora, que se llama Judith; estuvo toda la clase contándonos cosas de su verano, y preguntándonoslo a nosotros, pero claro, en Francés obviamente.
Para mí no hubo ningún problema, porque a mí me encanta el francés, y se me da bastante bien.
Llegó el recreo, al oír el sonido del timbre me llevé un alivio increíble. Mientras recogía mis cosas, Elena se me acercó y me dio un abrazo. Luego fuimos a la secretaría, donde tuve que arreglar algunos papeles, entre ellos pedir la contraseña de mi taquilla. Después Elena me acompañó hasta la taquilla que me había tocado... ¡Compartía con el chico que vi en clase! Me da muchísima ilusión, parece un chico interesante; me gustaría conocerlo mejor... Durante lo que quedaba de recreo estuvimos hablando sentadas en la Cafetería, mientras comíamos una palmera de chocolate, mitad para cada una, y un zumo de naranja natural.
Llegó la 5ª hora de clase... Es la hora que más odio, porque llego del recreo algo revolucionada todavía, y me cuesta centrarme.
Era la hora de irse ya, y Elena me dijo que si la acompañaba al parque, que había unas pistas de skate, donde se solían poner los chicos. Fuimos y me empezó a presentar a la gente; David, Álvaro, Christian, Mario, Paulo... Entonces le pregunté por mi compañero de taquilla, y señaló al fondo a un chico practicando unos trucos con el skate mientras unas chicas lo animaban. Increíble, era él. Con su flequillo, mientras se lo apartaba de la cara con un suave golpe de pelo... Su pelo liso, castaño oscuro... Perfecto. Y sus ojos miraban a una chica bajita, con la melena rizada y rubia, con los ojos azules, muy guapa.
- ¿Y quién esa chica a la que está mirando?
- Se llama Isabella, es su novia.
En ese momento sentí que me daba un vuelvo al corazón cuando oí eso de que "es su novia", no entiendo por qué reaccioné así... No lo conocía de nada a ese chico.
- ¿Y el chico cómo se llama?
- Daniel. Está repitiendo este curso, al igual que su novia...
- ¿Lo conoces?
- Todo el mundo lo conoce, aunque tampoco tiene muchos amigos íntimos, el único que tenía...
- El único que tenía... ¿qué?
- Nada tía, déjalo, mejor que no lo sepas por ahora.
En ese momento le miré con cara de no entender nada, pero ella me respondió con otra de "déjalo, es mejor dejarlo estar". Y enseguida me olvidé del tema.
- ¿Cómo se llaman las chicas que están al lado de ella?
- Son Cristina, Rebeca y África. Es increíble, porque cada una tiene una historia, diferente a las demás, y cada una esconde un secreto.
- ¿Y como sabes que esconden un secreto?
- Porque en su historia no concuerdan algunas cosas, por lo que están escondiendo algo...
Entonces, me di por enterada y fuimos a hablar con los chicos.
David y Álvaro eran gemelos; tenían la piel blanca, pelirrojos y ojos azules. Sin pecas. Eran muy divertidos y graciosos, aunque el skate no se les daba muy bien.
Christian era un chico alto, con el pelo rubio ondulado, con los ojos verde azulones y una sonrisa preciosa y muy sincera. Era inteligente, atractivo, sincero, simpático y deportista.
Mario era como el "empollón de turno", pero el estereotipo no se había aplicado a él. Tenía una media de 10, para él un 7 es un suspenso, o lo mismo, un fracaso. Era algo enterado, aunque bastante simpático y divertido. Se preocupaba muchísimo por los demás. Era de estatura media, pelo oscuro, ojos azules... Tenia esas notas no porque se esforzaba especialemte porque quería estar en una buena universidad, sino porque su padre le obligaba a ello.
Y por último Paulo... Era un poco tímido, le costaba un poco integrarse, pero es muy simpático. Tiene el pelo liso y rubio, corto. Ojos de color celeste y la mirada perdida casi siempre, sumergida entre sus pensamientos. Es un chico soñador y muy creativo, dibuja muy bien y escribe mejor.

Estaba un poco mareada, porque había intentado aprender montar en monopatín, pero claro, me caí un par de veces... Entonces Christian me dijo que si me acompañaba a mi casa, por lo visto él era vecino mío, la verdad es que sentí un alivio al oír esto.
Me despedí de Elena y de los chicos y nos fuimos.
Cogimos el bus de la línea 6, que pasa cada 10 minutos. Estuvimos hablando; Christian es muy simpático, muy divertido y atrevido. Cuando llegamos, nos bajamos y saludamos a Britney y Sara, dos vecinas, eran mucho más pequeñas que nosotros, tenían unos 6 años, seguro que algún día tendremos que hacer de canguros... Luego fuimos cada uno a su casa.
    
Teníamos todavía que terminar la mudanza... Sinceramente, me daba muchísima pereza ayudar a mis padres a terminarla. Casi nunca veo a mi padre, siempre está muy ocupado, porque dirige una exitosa empresa de cosméticos. Lo bueno de eso es que así siempre puedo conseguir maquillaje gratis. En cuanto a mi madre, trabaja como profesora en el jardín de infancia. Mi madre es prácticamente quien cuida de mí y de mi hermano, él tiene 11 años.
Estuve sacando los muebles y todas las cosas que tenía en mis cajas, y las empecé a colocar en mi habitación. Tengo una habitación grande, con una gran ventana, que tiene vistas al enorme árbol, que se encuentra enfrente de nuestra casa.

Cuando terminé, iba a conectarme al Tuenti para agregar a todos mis amigos, pero me quedé dormida enfrente del ordenador, echada encima de mi cama.

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